El Angulo Oscuro

D e m e    u n    P e n i q u e

lunes, enero 29, 2007

Un día de furia (a la española)

Aquel día era lluvioso, y no hay algo más desagradable que ir con el paraguas abierto, con una fuerte lluvia, andando, cansado, con todos los problemas dando vueltas en círculo en mi cabeza, y con esos dolorosos zapatos que deberías tirar ya y sustituir por unos nuevos...allí estaba el paso de cebra de la esquina, tan lleno de barro, y sufriendo el constante y despectivo paso de los coches, que giran en la misma esquina para entrar por la calle lateral a ese paso...y ahí estaba yo...pasé, miré primero claro, y vi que no los coches tenían tiempo suficiente para verme pasar y parar, así que pasé, por el sucio paso de cebra. Al andar por las rayas blancas el agua del suelo salía lanzada hacia arriba por el empuje de los zapatos, manchando las perneras del pantalón, ni que decir tiene que los zapatos ya llevaban una buena capa de barro encima...al cruzar, un coche que venía hacia mi, decidió que no era necesario parar, "...¿para qué? total le puedo esquivar, adelantar por la parte de los coches que vienen en dirección contraria y regatear al peatón"...yo me di cuenta, vi cómo aquel vil conductor empezaba su maniobra y me sobrepasaba a una demasiado cercana distancia como para sentirme molesto por su acción... ¡y con una furia interna que no conocía, con un encendido enfado, un cabreo supremo, con la mayor saña del mundo, lancé mi paráguas abierto al lateral de aquel coche llevado por aquel conductor traicionero! de tal forma que las rayaduras hechas por mi paraguas fuesen un recuerdo imborrable (e impagable para mi persona) para aquel funesto conductor...así fué, golpeé con toda mi fuerza el lateral del coche con mi paraguas abierto...y el coche frenó más adelante, asustado e inquieto, pensando que, de alguna forma inconsciente, había atropellado al peatón inocente...al ver que parecía estar todo bien, y que el peatón lo único que hacía era mirar, desafiante, todavía dentro del paso de cebra, y con el paraguas abierto, (eso sí, en la mano, pero apoyado contra el suelo, y dejando que el agua cayese sobre su cabeza) al conductor, éste decidió seguir adelante; primero, dubitativo...después de nuevo con las prisas habituales de un descerebrado conductor miserable...al rato, llegué a casa de mis padres, allí comía hoy. En la calle intenté cerrar el paraguas, pero no pude. Me di cuenta entonces que había quedado torcido, en esa acción de venganza compulsiva, así que decidí tirarlo a una papelera cercana...no se podía hacer nada por el. Nada más llegar a mi casa, le dije a mi madre:

"- Tuve que tirar el paraguas... se rompió, me tengo que llevar otro ahora"
"- ¿hijo, pero como se rompió?"
"- Se rompió"
"- Pero de alguna manera se rompió"
"- Se rompió"
"- ¿pero cómo?¿estás de broma?"
"- ¡Que no! ¡que se rompió!...ya era muy viejo, tenemos que comprar nuevos"

Mi madre no insistió en el tema...

¡...y con una furia interna que no conocía, con un encendido enfado, un cabreo supremo, con la mayor saña del mundo, lancé mi paráguas abierto al lateral de aquel coche llevado por aquel conductor traicionero!

Al día siguiente, había un paraguas nuevo en el paraguero...

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2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Quizá pensó en pedirte disculpas pero al ver tu gesto se acojonó.Observa la situación: Tu con traje, las gotas de la lluvia cayendo sobre ti, con el paraguas apoyado en el suelo, y mirada desafiante...me recuerda a la ultima batalla en Matrix de Neo y el Agente Smith!.. Seguramente imaginó que el próximo destino del paraguas sería su cara.. yo tampoco hubiera bajado del coche!! XD

1:14 a. m.  
Blogger David (aka dvd) said...

Tienes razón, puede que se acojonara, pero la actitud era necesaria, plantarse ante el coche invasor, pero tampoco cambió su actitud... es decir, no baja, pero después vuelve a su forma de conducción descerebrada...eso es lo peor, memoria de pez, a los 10 segundos ya no se acordaba de lo que pasó...

8:45 a. m.  

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